lunes, 19 de octubre de 2009

¿Existe alguna diferencia entre dones espirituales y dones naturales?

La diferencia entre los dones naturales y espirituales radica en la intervención del Espíritu Santo para ejecutarlos.

Desde el principio, y antes de que naciéramos Dios puso en nosotros cualidades y características especiales que no solo nos habilitan para el propósito para el que El nos ha creado, sino como creación única y especial de El.


En el diccionario encontramos que la palabra “don” significa “gracia especial para hacer una cosa (sinónimo: habilidad)” y todos hemos sido dotados de dones o talentos desde nuestro nacimiento. Estas habilidades serían los dones obtenidos naturalmente. Ejemplo, el don para la música, el teatro, el hacer negocios, etc., estos no dependen de nuestra relación personal con el Espíritu Santo.

En cambio, al revisar la palabra don espiritual, en el griego "don" significa "carisma": es gracia, una facultad milagrosa, o un favor espiritual. Es algo que el creyente no merece ni puede obtener por fuerza propia. Cuando nosotros venimos a Jesús, ponemos a disposición de otros los dones que Dios nos ha dado.

“Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría…” Romanos 12.4-8



• Dar profecía (palabra profética, de las Escrituras)


• Servir o hacer favores a otros


• Enseñar


• Exhortar, consolar o alentar


• Dar, repartir a otros bienes


• Presidir o dirigir ovejas


• Hacer misericordia con angustiados



A estos 7 dones se les denomina también, dones “operacionales o motivacionales”, porque operan o motivan en la vida del creyente.
Como podemos observar, todos estos dones son para el beneficio del prójimo. Entonces, los dones espirituales son habilidades especiales dadas por Cristo a través del dulce Espíritu Santo, para servirle y establecer Su Reino, nos habilita espiritualmente para realizar Su obra y ministrar al cuerpo de Cristo.



En el capítulo 12 de la 1ra. Carta a los Corintios, Pablo nos habla acerca de la importancia de los dones espirituales y explica que hay diversidad de dones pero que el Espíritu es el mismo, repartiendo a cada uno en particular como él quiere, siendo la manifestación de estos dones para provecho y edificación de la Iglesia. “Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia…” 1 Corintios 14.12



Los “dones espirituales” que se mencionan aquí son tambien son dones dados por gracia, por medio de los cuales el creyente recibe el poder y la capacidad para servicio y edificación de la iglesia entre los cuales tenemos: Palabra de sabiduría (palabra de consejo, da dirección, motivación y exhortación de Dios), palabra de ciencia (revelación sobrenatural sobre verdades que no se conocen, Dios revela cosas, personas, lugares, etc.), palabra fe (cree en lo imposible y provoca fe en otros), dones de sanidades (curación de enfermedades y restauración de la salud), el hacer milagros (poder sobrenatural para realizar acciones milagrosas), dar profecía (comunicar un mensaje de Dios), discernimiento de espíritus (discernir, conocer y diferenciar el corazón y comportamiento humano, espiritual); diversos géneros de lenguas (habla un idioma jamás aprendido); e interpretación de lenguas (explica y entiende las diferentes lenguas).



Pablo también instruye que se haga todo decentemente y con orden (1 Cor. 14.40) y Pedro nos insta en la Palabra a hacerlo todo para que Dios sea glorificado. 1 Pedro 4:10-11 “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén..”


Y por último tenemos los dones ministeriales que se mencionan en Efesios 4:11 y 12: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.


La diferencia entre los dones naturales y espirituales radica en la intervención del Espíritu Santo para ejecutarlos, además que su propósito es para glorificar a Dios, edificar a la Iglesia y atraer a inconversos a la presencia de Dios.


Si tú eres creyente, te exhorto a que indagues los dones espirituales Dios te ha dado para así glorificar a Dios y ponerlos al servicio del prójimo y ten siempre presente que el que regala todos los dones es el mismo Espíritu, el mismo Dios.


“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”. Santiago 1:17.

Confiando en lo que Dios hará

Debemos de confiar en Su Palabra y sus promesas pues Él no nos fallará

¿Cómo fortalezco mi fe para seguir creyendo que mi esposo llegará a Cristo?

Primero, debes reconocer que al casarte hiciste un pacto con Dios y con tu esposo, la palabra “Pacto” significa un compromiso fuerte, lealtad, hasta la muerte. Eclesiastés 4:12 dice: “…cordón de 3 dobleces no se rompe fácilmente”.

Segundo, en 1 de Pedro 3.1,2 dice: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.”


Su palabra dice claramente que ellos serán ganados SIN PALABRA, y por nuestra CONDUCTA. ¿Es tu conducta la de una esposa de acuerdo a la voluntad de Dios? Cuánto te esfuerzas para hacerlo sentir amado, respetado, que estás para ayudarlo (ayuda idónea significa adecuada para rodear, cuidar), de esta forma cumples tú con tu parte del pacto. Por ejemplo: atenderlo, tú eres la encargada de poner una atmósfera agradable en tu casa, de limpiarla y de arreglarte para serle agradable a él. Te recomiendo leer 1 de Corintios 13 y tomar en cuenta lo siguiente para mantener bien tu matrimonio:


• Amarlo


• Ten un corazón perdonador


• Reconoce el papel que ocupas en el matrimonio


• Acéptalo tal como es. Míralo como Dios lo ve.


• Recuerda que debes luchar contra el diablo, no con tu esposo.


• Intercede ante Dios por el, y no desmayes ni te descuides en esto.


Tercero, no olvides que Jesús está más interesado que tú, de que tu esposo lo conozca, El ya pagó el máximo precio por él. Así que te toca a ti rendirte delante de El y decirle que LO NECESITAS, la Palabra dice que “la fe viene por el oír y el oír de la Palabra de Dios”, ¿qué es fe? En Hebreos 11.1 vemos que “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” es tiempo que empieces a alimentar tu fe por medio de tu boca y que empieces a declarar que tu esposo ya es salvo y que es un ungido por Dios, tal vez no lo veas ahora pero cree (plena certeza) de que así será y por eso lo hablas como si ya fuese. Recuerda que tu fe agrada a Dios y le saca una sonrisa, como la mujer con flujo de sangre quien al acercarse con fe “tan solo a tocar su manto” obtuvo su milagro. “Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.(Lucas 8:46)



Así que declara en voz alta lo que tu esposo es en Cristo, para que tu alma pueda escucharlo y creerlo. Busca en la Biblia todas las citas que puedas encontrar acerca de las promesas que Dios te da a ti y a tu esposo; decláralas día a día y verás como Su palabra alimenta tu fe y podrás gozarte con el resultado que verás en tu esposo.

¿Cómo puedo llegar a tener dominio propio?

Recuerda que tu mente es el campo de batalla así que mantente firme no permitas que tus pensamientos se desvíen

Dice en Proverbios 25 28 que “Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.”


Es impresionante la importancia que este tema tiene en la vida de las personas y que no siempre se le pone la atención que merece. Pero también estoy segura que hay muchos hijos de Dios con esta inquietud y que día a día están librando su propia batalla venciendo tentaciones con la ayuda del Espíritu Santo.

La Palabra de Dios compara a una persona sin dominio propio a una ciudad que está a merced del enemigo y de fortalezas externas que llegan a tener el control de su vida.

Definición de Dominio propio: "virtud de uno que controla sus deseos y pasiones, especialmente sus apetitos sensuales".

Del griego sofronismós; disciplina, control de uno mismo:-dominio propio

Es un don de Dios según vemos en 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. No obstante los dones y el poder que Dios concede a sus hijos no se fortalecen por sí solos sino como dice Pablo deben ser avivados por la gracia de Dios mediante la fe, oración, obediencia y diligencia.

“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud;a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.” (2 Pedro 1:5-7)

De allí que la clave para tener control espiritual sobre tus emociones negativas, tus pensamientos y tus actos es la renovación de la mente y que tus pensamientos estén de acuerdo con los de Dios.

En tu mente es donde se levantan argumentos negativos críticos e indisciplinados que te llevan a acciones negativas en contra de la voluntad divina.

Normalmente nuestras acciones son dirigidas por nuestra forma de pensar, así que el primer paso para actuar correctamente es tener pensamientos correctos. En otras palabras, amurallar tu ciudad (tu mente) con muros fuertes (pensamiento de Cristo) que no puedan ser derribados por los argumentos del diablo y los deseos de la carne.

Recuerda lo que dice 2 Corintios 10:4-5: “Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.

Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.”

¿Cómo puedes renovar tu mente? ¿Cómo puede el fruto del espíritu prevalecer sobre las obras de la carne?

Conociendo tu identidad en Cristo, tu posición y tu relación con El. Tu puedes tener control sobre tus pensamientos y por lo tanto sobre tus acciones, por medio del conocimiento y la certeza de que todo ha sido hecho nuevo en ti a través de El. Que Cristo es tu fortaleza y el Espíritu Santo tu guía. Que juntamente con El todo es posible. Si tu lo decides, si rechazas todo pensamiento que se levante en contra de la voluntad de Dios, si tu mirada está puesta en lo celestial y no en lo terrenal.

Efesios 4:22-24 “Que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe Según los deseos engañosos, ser renovados en la actitud de vuestra mente; y poneros el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.”

En conclusión, busca primeramente el reino de Dios, permitiendo que su Palabra impregne tus pensamientos, reconoce tu posición en El, adórale y glorifícalo, reconócelo en todos tus caminos y el te guiará en tu diario vivir.

Un paso cada vez: Tu comportamiento va a ir siendo transformado y vas a poder ver el fruto del Espíritu Santo a medida que tu pensamiento va siendo renovado. Vive cada día, gana las batallas del día no trates de ganar hoy la batalla de mañana y así podrás ganar la guerra.

Recuerda que tu mente es el campo de batalla así que mantente firme no permitiendo que tus pensamientos se desvíen y ten siempre presente quien eres en Cristo Jesús.

“Practicad el dominio propio y manteneos alerta. Vuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resistidlo, manteniéndoos firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos.” (1 Pedro 5:8-9)

¿Cómo hacer para llevarme bien con mis padres y mis hermanos?

Pregunta:

¿Cómo hacer para llevarme bien con mis padres y mis hermanos cuando ellos no me entienden?


Hay diferentes tipos de relaciones a lo largo de nuestra vida y las relaciones familiares son las relaciones básivas y las mas cercanas a nosotros. Por lo que si aprendo a relacionarme con estas personas familiares, padres, hijos y/o hermanos, será mucho mas fácil tener una buena relación con un segundo grupo de personas e incluso tendré mayores probabilidades de tener éxito en ellas, debido a la “escuela aprobada” que pase con mi familia.


Creo que toda buena relación debe tener los siguientes ingredientes:


1. El perdón:

Menos mal que Pedro pregunto lo que todos queríamos saber!


“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.”



Mateo 18:21-22


Perdonar a todas las personas es una forma de vida y un ejercicio que debo practicar todos los días. No importa cual sea la ofensa, Dios espera que extienda perdón :“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.” Marcos 11:25 y 26. Así que como mi Padre me perdona continuamente, El espera que yo proceda de la misma forma con todas las personas, no importando la ofensa.


En cualquier relación siempre habrá ofensas y malos entendidos y es a través del perdón, a pesar de todo esto, que una relación puede continuar y fortalecerse. No puedo construir relaciones fuertes y duraderas si no estoy dispuesta a perdonar.

2. Siembra y cosecha:


Lucas 11:12


“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”



Todo lo que anhele ver que hagan las personas conmigo, debo empezar a hacerlo yo con ellos. Si necesito cariño, debo mostrarme cariñosa, si quiero paciencia, debo ser paciente, si quiero atención y comprensión, debo ser primero yo atenta y comprensiva con los que me rodean. Esta es la ley de la siembra y la cosecha, dar primero para obtener abundantemente lo que he sembrado (cosecha). El mundo no entiende esta ley y les parece absurda, pero Jesús nos dio el ejemplo, ya que El nos amo primero para luego ser amado por nosotros y nos enseña que hagamos con otros como nos gustaría que nos hicieran a nosotros.



3. Amar... como 1era Corintios 13


¿De que es capaz el amor según 1era de Corintios 13?


Versículos 4 al 7 (versión Lenguaje Sencillo):


“El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.”


He recibido a Jesús en mi corazón y he sido llena del verdadero amor, por lo que: sí soy capaz de poner en practica las características del verdadero amor! A partir de esto se que soy capaz de amar como Dios me ha amado.


Si por el contrario, para mi es imposible amar como 1era Corintios 13, debo también revisar como esta mi relación con Dios: he aceptado a Jesús en mi corazón? Si ya lo hice, tengo una comunión diaria con mi Señor? Leo su palabra, dedico un tiempo en oración todos los días? Por que Dios es amor (1 Juan 4:8 “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.) y al ser su hija y tener una relación con El me hace capaz de amar con la inmensidad con la que El lo hace.


4. Comunicación


Es importante que aprenda a dialogar con la persona con la que he estado teniendo problemas tomando en cuenta estos puntos:


- Si vamos a platicar es sin enojos. Muchas veces es mejor esperar el momento oportuno para platicar del problema.

- No voy a alzar la voz cuando exponga mi opinión, ni voy a interrumpir a la otra persona cuando este hablando.


- Escucharé a la otra persona y tomaré muy en cuenta sus observaciones.


- Terminaré la conversación sin tratar de tener la razón, sin esperar “ganar”, si no que ambas personas pondremos de nuestra parte para evitar que el problema continúe.

No supongas que “no puedes hablar” de los problemas con alguna persona, o que nunca te dan la razón. Esos pensamientos vienen por el egoísmo de esperar que todo sea como uno quiere. Todos debemos cambiar y ceder para que una relación prospere. Si pienso esto de mis padres, que son mi autoridad, debo recordar 2 principios importantes que debo practicar: la obediencia y la honra a mis autoridades (padres, abuelos, maestros, etc). Si incondicionalmente honro y obedezco a mis autoridades mi relación con ellos será mejor cada día y dejaré de sentirme así.



5. Todos somos diferentes


Cuantas veces hemos dicho: ¿No entiendo por que tal persona es así?


Probablemente nunca lo entenderás, por que todos somos diferentes y debemos amar incluso las diferencias que hay en cada uno de nosotros. Unos son desordenados, otros ordenados, unos mas callados, otros hablan mucho, unos son pasivos, otros muy activos... en fin! Creo que es mas alegre que todos seamos diferentes! Y como dice la palabra debemos “amarnos unos a otros”, aceptarnos y valorar esas diferencias.



Nunca somos los únicos buscando mejorar nuestras relaciones, todos debemos aprender, cambiar y soportarnos unos a otros. La palabra de Dios es el mejor manual para toda relación, cuando tengas dudas busca la respuesta en la Biblia.